
En los días iniciales de Donald Trump como presidente de EEUU, y la caldera en la que está convertida el país fundamentalmente por las amenazas inmigratorias y por el tema del muro en la frontera norte, el tipo de disputa que enfrenta hoy a Univision con Charter Communications seguramente cobra una dimensión mucho más importante que la amenaza de un blackout cualquiera.
El viernes pasado, Univision Communications hizo público en qué punto está el pleito con el segundo grupo cableoperador estadounidense.
“En julio de 2016, Univision no tuvo otra opción que entablar juicio contra Charter Communications Inc. porque Charter había tomado la absurda posición de que Time Warner Cable –que Charter adquirió en mayo de 2016– era quien en realidad estaba administrando la nueva compañía que resultó de su fusión y de que Charter no tenía obligación de honrar los contratos que requerían la negociación de nuevos acuerdos de distribución con Univision. Este es un ejemplo perfecto de cómo una gigantesca compañía de cable como Charter usa su excesivo poder en el mercado para perjudicar a las compañías de contenido y a los millones de suscriptores que confían en Univision y sus cadenas para noticias e información fundamentales en su idioma. A pesar de los muchos intentos de Univision para resolver el conflicto, ofreciendo sugerencias de buena fe para llegar a un acuerdo, Charter ha rechazado todos los esfuerzos de Univision. En vista de este lamentable impase, Univision no tiene otra opción que informar a los clientes de Charter que podrían perder su acceso a las cadenas y estaciones de Univision. Nuestra Compañía está comprometida a seguir luchando por la dignidad y el valor de nuestra comunidad en el mercado y el importante papel que desempeñamos en representar la voz de los hispanos en los Estados Unidos, en estos tiempos de incertidumbre”, dice textual el comunicado del conglomerado hispano.
Del lado del frente se le ha respondido de forma lacónica: Univision tiene la obligación de respetar u honrar el acuerdo de carriage hasta 2022 acordado con Time Warner Cable (TWC). Univisión, en cambio, considera que ese acuerdo -con tarifas más bajas- terminó en diciembre de 2016. Y blande como argumento un acuerdo de renegociación firmado entre ambas partes antes de que se completara la fusión del año pasado.
Allí anida la discordia. Cuantificadas en dólares las interpretaciones diferentes, suman varios y varios millones.
La batalla -no es otra cosa, de momento- está en su tramo más crítico y, como en toda batalla, hay amenazas y probables consecuencias inmediatas.
El plazo puesto por la cadena es fin de mes; es decir, este martes 31. Si cumple con la advertencia, el blackout dejaría sin el canal Univision en lugares clave de la cobertura de cable de Charter, como son las ciudades de Nueva York y Los Ángeles y algunas ciudades de Texas, territorios muy poblados por hispanos.
SIETE MESES DE DISPUTA
Esta confrontación tiene como punto de partida un pleito abierto, en un tribunal de Nueva York en julio de 2016, por el mayor grupo de medios hispanohablante contra Charter Communications, acusándolo de negarse a renegociar sus acuerdos con el broadcaster tras la adquisición de TWC.
Univision entendió que Charter usó esa fusión, formalizada entre el 17 y 18 de mayo pasado, para pagarle tarifas por debajo del mercado por emitir sus contenidos, invirtiendo los roles de controlador y controlada en la megafusión.
“Univision no tuvo otra alternativa debido a que Charter se rehusó rotundamente a negociar un acuerdo de renovación con Univision. Charter insiste que rige el contrato que Univision tenía con Time Warner Cable, en vez de su propio contrato con Univision”, sostuvo la empresa litigante.
La demanda va directamente contra lo que entiende "una teoría absurda de que, como resultado de la unión, Time Warner Cable, en vez de Charter, está administrando todos estos sistemas de cable”.
“Todos saben que eso no es cierto: el director general que Charter tiene hace tiempo y su equipo ejecutivo, además de su junta directiva previa, administran y controlan ahora todos los sistemas de cable”, recalcó el grupo en una comunicación oficial.
La confrontación, entonces, tiene que ver con una razón un tanto pueril. Univision cerró trato con alguien, identificado en ese momento como TWC, una compañía con mucho más poder de fuego para negociar con cualquier programador de canales de pago o broadcasters que la que tenía Charter antes de la fusión por la cantidad de suscriptores de uno y otro. Los millones de abonados de TWC superaban con holgura a la de su entonces colega. Esa cantidad le aseguraba mejores precios, bastante más ventajosos, que los que podía conseguir Charter para retransmitir Univision. La cadena hispana planta su demanda por considerar que Charter viola el contrato pactado hace años al querer pagar exactamente el mismo precio estipulado con TWC, al agregar a todos sus abonados bajo el paraguas de TWC, aduciendo que ahora la operación integra es manejada por TWC.


